Lo más importante para ahorrar en la cesta de la compra es hacerlo con sentido común. Si te dedicas a ahorrar comprando poca cantidad de comida y pasa hambre, en dos días estarás de nuevo en el supermercado llenando la cesta hasta arriba con productos que no necesitas. Además de comprar la comida, los productos de limpieza y otros objetos domésticos con conocimiento te ayudará también a hacer una compra más responsable: reciclando, consumiendo productos de temporada…

1. Haz una lista de lo que necesitas. Antes de irte de compra apunta lo que vas a comprar, si vas a pasar por diferentes tiendas, puedes hacer en la misma hoja varias listas para que quede claro. Esto te ayudará a diferenciar entre lo que necesitas de verdad y los productos que al entrar en la tienda te apetece comprar. Si no tienes que ajustar mucho la compra puedes permitirte algún extra, según lo que veas en el supermercado, o llevarte alguna oferta que veas interesante. Lo importante es que cuando pases por caja el 50% del carro de la compra no sean cosas accesorias, como refrescos, helados y galletitas.

2. Ve a comprar sin hambre. Se aconseja ir después de comer, pero no es necesario que sea entonces. Si por ejemplo eres de las personas que te levantas y no tienes apetito ese también puede ser un buen momento. De esta forma te llamarán menos los alimentos con grasas, azúcar o que por otro motivo te parezcan apetitosos. También te irá bien, beber un vaso de agua antes de ir a la tienda, la sed tampoco es una buena amiga cuando uno va a comprar.

3. Ve a comprar sola. Una única persona es más eficiente y rápida en la compra, además suele ajustarse más al plan inicial. Si te llevas a tu hijo o un sobrino, es fácil que acabes comprándole algo que te pide, aunque no lo tuvieras planificado. Si vas con alguien conocido puedes acabar comprando más de lo que necesitas para aparentar, o porque esa persona te sugiere que tal paté o queso está muy bueno.

4. Gamifica tu cesta de la compra. Esto quiere decir que hagas de algo que se supone que es algo pesado en un juego. En realidad comprar comida y productos básicos en un supermercado se convierte en una aventura llena de obstáculos, ya que todo el supermercado está planificado para que te lleves algunos de los productos que menos necesitas. Por eso los pañales están en el quinto pepino y para llegar a ellos te hacen pasar unas cuantas estanterías con productos sugerentes. Lo mismo sucede con el arroz, los huevos y otros productos básicos, y también aquellos que tienen precios muy bajos y sirven como gancho para que vayas al supero. Si eres un poco friki, o puedes contarle a tu pareja tu ruta por el supermercado, la gamificación será más fácil. En el fondo se trata de reírse de todas las ofertas y trampas que te intentan poner para que compres más.

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5. Revisa los productos de los estantes bajos o menos visibles. Suelen tener precios más bajos que los que están la altura de tus ojos (sobre todo si eres una persona de estatura media). Los carteles grandes de ofertas no tienen porque tener los mejores precios, allí anuncian los productos que el supermercado quiere vender y quitarse de encima.

6. Infórmate de los precios y no tengas vergüenza. Si compras en tiendas pequeñas que no tienen los precios puesto, pregunta los precios de todo lo que te interese antes de comprar. Y no te sientas con la obligación de comprar nada, si no te interesa te marchas y punto. Normalmente cuando no tienen carteles es porque los precios que te darán son altos, si tuvieran buenas ofertas lo lógico sería ponerlo. Si el dueño se molesta, dile amablemente que si tuviera los precios puestos no tendrías que preguntarlos.

7. Lee bien las etiquetas de los precios. En un supermercado, para saber si un producto es caro o barato, no tienes que leer sólo el precio grande de la etiqueta. Este precio (que es el primero que vemos) se puede referir a 100 gramos, una pieza de fruta, un sobre o 3 Kg. Así no puedes comparar productos. Tienes que tener en cuenta el precio por Kg, que es un valor que viene en las etiquetas de supermercados en pequeño. Los paquetes grandes, aunque en principio parecen más caros, si miras el precio por Kg verás que son un poco más baratos. Compra el producto que te ofrece más por menos.

8. Utiliza cupones y ofertas especiales. Llevo una semana cogiendo una promoción de un supermercado (no voy a decir la marca, pero está por toda España) en el que te regalan 3 € por una compra de 20 € o más. Perfecto, he realizado tres compras entre 20 y 23 €, con los respectivos descuentos. En total son 9 € que me han regalado, de unos 66 €. Para aprovechar este tipo de ofertas va bien llevar un lápiz, pero tampoco hay que ser miserable: piensa que ir hasta el supermercado te cuesta tiempo y muchas veces dinero en forma de gasolina. Así que no te olvides de hacer las compras con cabezas, ya que hay fanáticos de las ofertas que por aprovecharlas todas acaban por gastar más dinero que el que ahorran. Si tienes tikets de descuentos y ofertas, organízalos y guárdalos todos en el mismo sitio.

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9. Aprovecha las ofertas de productos no perecederos. Compra productos con promociones 2×1, con descuentos del 40%, etc, sólo si tenías planeado comprarlo o si son productos que no se estropean (y que usas). Por ejemplo, papel higiénico, productos de limpieza, pañales y comida en lata, los puedes guardar durante meses sin problemas. Para productos perecederos no conviene coger grandes cantidades, a no ser que tengas un acuerdo con algunos de tus vecinos o con tu madre, para hacer compras conjuntas.

10. No compres lo que puedes conseguir tú. En ciertas zonas hay fuentes de agua mineral que puedes coger y que tiene tanta calidad como la embotellada. También hay en la naturaleza rebollones, setas, moras silvestres y granadas salvajes (son más ácidas que las de la tienda)… que puedes obtener gratis si sabes donde cogerlos. Además hay diferentes productos como los tomates, las cebollas, los ajos o los pimientos, que puedes cultivar en una huerta o en unas macetas de tu balcón. Un ejemplo claro son las plantas aromáticas, como el tomillo, el romero o la menta, ideales para cocinar.

11. Lleva tus propias bolsas. O al menos reutiliza las que te dan. Aunque sólo sean unos céntimos, toda piedra hace pared. Lo que hoy puede ser un detalle, mañana puede ser el dinero que necesitas para acabar de pagar una letra a tiempo. Si para ti esos céntimos no son importantes, los puedes dar a alguna persona que lo necesite más, o guardarlos para hacerle un regalo a otra persona.

12. Márcate un presupuesto fijo. Y de ahí no te pases. El presupuesto puede ser semanal o mensual, y con ello tienes que pasar sí o sí. Por ello es importante que ajustes tus compras a esa cantidad de dinero.

13. Compra marcas blancas o productos agranel. En general son más baratas, aunque a veces también pueden ofrecer menos calidad que las marcas especializadas. También es interesante si puedes comprar algunos productos agranel (sin envasar, al peso) en una tienda, o directamente al productor. Los precios suelen ser más baratos y no se usa energía en el envasado y el transporte.

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14. Compra productos no elaborados. Por ejemplo, comprar fruta es más barato que comprar un potito de fruta. Además tu hijo se acostumbrará al sabor real de los alimentos, y le resultará más sencillo pasar a comer como los adultos. Lo mismo puedes aplicar a la mayor parte de platos pre-cocinados, que tienen un coste que suele duplica o triplicar al precio de sus ingredientes.

15. Compra verduras y frutas de temporada. Muchas veces lo más barato de la compra son los cereales (arroz y pasta), las patatas y las legumbres. Pero durante su temporada las verduras y frutas también tienen precios asequibles. Hoy en día puedes comer de todo fuera de temporada, pero es porque traen las cerezas, alcachofas y otros productos del otro hemisferio (normalmente de Sudamérica) por lo que son más caros. Mandarinas en otoño, naranjas en invierno, cerezas y melocotones en primavera, melón y sandía en verano y las manzanas en cualquier momento del año.

¿Me podrías decir cual es tu truco para ahorrar en la cesta de la compra? Seguro que tienes ideas sencillas e interesantes para que los alimentos y productos básicos nos cuesten menos dinero.

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